En Tekojoja no lograron comprender cómo progresa una economía y lo que esta columna señala es que esa receta impedirá a las masas acceder a bienes y servicios que surgen de la innovación y las condenará a un sórdido estancamiento como el que hoy puede verse en Cuba, detenida en 1958.
La Nación anda dialogando con Tekojoja, lo cual es totalmente SALUDABLE: por muchas críticas que uno pueda tener sobre las ideologías y programas ajenos, es inmensamente mejor discutir sobre ellos que sobre colores. La discusión es parte de la democracia.
Y antes de que critiques por monotemático ("uh este se la pasa hablando de los luguistas y la nacion, su macho pio es lugo?"), me remito al párrafo anterior: esta gente está hablando de ideas, ideologías y programas, que es de lo que me gusta hablar a mi. El resto está ocupado en otras cosas.
En fin, resalto ese párrafo porque resume de manera clara los reparos que tengo hacia la izquierda latinoamericana, en general, y los tekoyoyistas en particular: parece que no entienden el proceso por el cual se ENRIQUECEN las personas, la sociedad. Todo bien, pero TODO BIEN luego con preocuparse por los demás, y por que todos tengan las mismas oportunidades y servicios básicos para vivir dignamente, y porque el Estado cumpla su rol y garantice seguridad y educación y salud para todos. En eso estamos bien de acuerdo. Es humanismo puro, solidaridad, decencia. Y para eso se inventaron los impuestos.
Pero con la economía hay que ser cuidadosos. Se puede ser muy bien intencionado y "moderado", pero algunas cosas sencillamente no funcionan. Ciertas ideas como pretender regular la economía nacional del estado son lindas, pero fracasaron. Y aun los logros admirables en salud y educación públicas, para realizarse y avanzar como país, no alcanzan.
El izquierdista resentido y/o romántico te hablará de que la pobreza de algunos países es culpa de los ricos que los explotan, y alguito de razón por ahí tiene. Pero no sirve de nada llorar, quejarse ni contra-atacar; eso no los (nos) sacará del pozo, ni nos hará ricos. O qué es lo que queremos? Ser pobres pero dignos? No! Yo quiero ser rico y digno, y calculo que no soy el único.
El país que se enriquece es el país que defiende la libertad económica de los ciudadanos, el que te deja hacer negocios y no te jode la vida. Y no sé, da la impresión que esta gente tan bien intencionada que