No sé como harán ustedes, pero acá nos arreglamos con lo que hay

viernes, 16 de febrero de 2007

Distribuir riqueza, no distribuir pobreza.

En Tekojoja no lograron comprender cómo progresa una economía y lo que esta columna señala es que esa receta impedirá a las masas acceder a bienes y servicios que surgen de la innovación y las condenará a un sórdido estancamiento como el que hoy puede verse en Cuba, detenida en 1958.

La Nación anda dialogando con Tekojoja, lo cual es totalmente SALUDABLE: por muchas críticas que uno pueda tener sobre las ideologías y programas ajenos, es inmensamente mejor discutir sobre ellos que sobre colores. La discusión es parte de la democracia.

Y antes de que critiques por monotemático ("uh este se la pasa hablando de los luguistas y la nacion, su macho pio es lugo?"), me remito al párrafo anterior: esta gente está hablando de ideas, ideologías y programas, que es de lo que me gusta hablar a mi. El resto está ocupado en otras cosas.

En fin, resalto ese párrafo porque resume de manera clara los reparos que tengo hacia la izquierda latinoamericana, en general, y los tekoyoyistas en particular: parece que no entienden el proceso por el cual se ENRIQUECEN las personas, la sociedad. Todo bien, pero TODO BIEN luego con preocuparse por los demás, y por que todos tengan las mismas oportunidades y servicios básicos para vivir dignamente, y porque el Estado cumpla su rol y garantice seguridad y educación y salud para todos. En eso estamos bien de acuerdo. Es humanismo puro, solidaridad, decencia. Y para eso se inventaron los impuestos.

Pero con la economía hay que ser cuidadosos. Se puede ser muy bien intencionado y "moderado", pero algunas cosas sencillamente no funcionan. Ciertas ideas como pretender regular la economía nacional del estado son lindas, pero fracasaron. Y aun los logros admirables en salud y educación públicas, para realizarse y avanzar como país, no alcanzan.

El izquierdista resentido y/o romántico te hablará de que la pobreza de algunos países es culpa de los ricos que los explotan, y alguito de razón por ahí tiene. Pero no sirve de nada llorar, quejarse ni contra-atacar; eso no los (nos) sacará del pozo, ni nos hará ricos. O qué es lo que queremos? Ser pobres pero dignos? No! Yo quiero ser rico y digno, y calculo que no soy el único.

El país que se enriquece es el país que defiende la libertad económica de los ciudadanos, el que te deja hacer negocios y no te jode la vida. Y no sé, da la impresión que esta gente tan bien intencionada que acorrala acompaña a Lugo no tiene tan claros esos conceptos.