Desde un tiempo a esta parte, las cosas que siempre se hicieron y se supieron "callado nomas", los vicios privados, los negociados, el nepotismo, el doble discurso; los trucos del oficio, en general, fueron saliendo a la luz con orgullo. El grado de desvergüenza es tal, que ahora se jactan y vanaglorian de cosas que antes se hacían pero no se contaban. Es el cinismo en su apogeo. La decadencia que precede a la caída.
Nicanor, Alderete, Herminio Caceres, Julio Fanego, Maciel Pasotti, Julio Colmán, Magdaleno Silva et al., grotescos batracios en corbata, día a día nos castigan no sólo con el latrocinio de siempre, sino últimamente también con sus pintorescas reflexiones y puntos de vista, dignas de cualquier antología del absurdo, de la desfachatez y el sin sentido.
Debería ser gracioso. Te reís un rato, de hecho, hasta que recordás que aparte de faltarte al respeto insultando tu inteligencia y sentido común, el tipo te está robando. Hoy. Ahora. A vos, a tu familia, a tus vecinos, a tus hijos. Ahí ya pierde toda gracia.
Pero bueno, se hace larga la intro y se pone densa la onda. Solo quería compartir con ustedes el bocadito del día.
El presidente del partido de gobierno de este bendito país, maneja este nivel de discurso:
"Otros en el poder, que vengan a solucionar los problemas, eso es un engaño, es un autoengaño, no va a ser así, porque la Concertación que es una ensalada ideológica, lechuga, tomate, locote y de todo hay allí, no va a traer ninguna solución al Paraguay"
Sin prejuicios, de buena fe pregunto: a esto nomás llegamos? Somos cavernícolas? Con este discurso nos convencen? No hay caso luego de mejorar, de apuntar un poco más alto?