No sé como harán ustedes, pero acá nos arreglamos con lo que hay
Carlos Mateo Balmelli, con esas sus cejas descendentes y hablar pausado, no es un tipo carismático. Al contrario, es de lo más ABURRIDO que existe; la antítesis de un caudillo. Encima el otro día, cual cachorrito mojado y castigado, anunció que se iba a su casa porque Lugo angá no le llamó para pedirle su colaboración.
Por eso es tan patético verlo en el rol populista que se espera de los líderes políticos en estas sociedades tercermundistas. Parece fuera de foco:

Aparte, dejame decirte una cosa: NO PODÉS
festejar así un nombramiento. Es totalmente poco serio, anti-decoroso y hasta sospechoso. Demasiada euforia ya para el simple hecho de recibir una gran responsabilidad.