El caso de Irlanda, en particular, es interesante porque uno puede hasta identificarse con ellos: estereotipados como haraganes, borrachos y pendencieros, siempre fueron vistos con asquito por el resto del Europa, y en particular por su poderoso vecino de nariz estirada, Inglaterra.
Y ahí los tenés ahora, los más ricos de la vieja y rica Europa.
Anyway, volviendo al artículo, me gustó en particular el cierre contundente:
"A nosotros no nos puede ir mejor con una criminal inversión del 3% en educación, con planes desfasados, profesores desmotivados y corrupción administrativa, y peor aun: cuando de esa cantera sacamos los gobernantes de ocasión.
Evidentemente esto no se parece ni a Singapur ni a Chile y es probable que todavía algún primitivo grite que es mejor que así lo sea."
Llámenme amargo, pero hay que ser justos. No quiero desviar por desviar nomás la atención, todo bien con la educación, pero no nos olvidemos del otro factor común de estos nuevos ricos: economía libre, economía libre, economía libre ;-)